Posted by Unknown
Posted on 13:40
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En otra época , tuve grandes amantes, de mucha experiencia y entre ellos, conocí los que tenían las "dimensiones fuera de lo común". Hablando de lo largo fue un extranjero con el que pasé doce inolvidables y deliciosos días en Mar del Plata, teniendo sexo las 24 horas. Él estaba dotado de una verga sumamente larga, la más larga que jamás haya tenido, hasta me quedaba dormida ya por verdadero agotamiento y no pasaba mucho tiempo en volver a sentir esa hermosa pija penetrar en mis entrañas.
Por lo que corresponde a lo gruesa , fue un conocido político en La Rioja del que fui amante por casi un año y aunque todavía él no estaba casado, nunca hizo pública nuestra relación como algo formal. Su poronga era tremendamente gruesa, la más gruesa en mi vida sexual y con él fue con quien descubrí que con las porongas gruesas es como más satisfacción encuentro y ese amante me hizo "adicta" a ellas. Días después de haber cogido con él, todavía mi cuerpo resentía con dolor, esos inolvidables momentos que pasábamos en la cama.
Todavía recuerdo una mañana en que me invitó a salir en una paseo lancha rápida por as Sierras del Famatina , y se detuvo frente una cueva natural y aunque a distancia, nos podrían ver y ahí me cogió, acompañado del vaivén de una reposera que bajó de su 4x4 y la fuerza de sus penetraciones, me hizo sentir cosas inenarrables, deliciosas... Ambos amantes han sido los mejor dotados y lo mejor, excelentes y diestros en el arte del sexo. Días después de haber tenido sexo con ellos, mi cuerpo todavía resentía esas magníficas sesiones de sexo, pues esa deliciosa mezcla de dolor y placer, la convirtieron en un verdadero delirio para mí.
Allí comencé una relación con el que ahora es mi actual marido. En ese entonces, él era casado, pero la "calentura" por mi "cuerpecito" pudo más que todo y cayó rendido, yo nunca tuve inconveniente por los hombres casados, realmente no buscaba una relación formal con ninguno de los tipos, solo deseaba sexo y tranquilidad económica.
De mi actual esposo les puedo decir y sostener que es un gran hombre, extraordinario, único, ejemplar, con errores, como todo ser falible, pero sus altísimas bondades hacen ínfimos esos errores. En todos los aspectos es el hombre que cualquier mujer podría anhelar tener por esposo. Desgraciadamente, solo puedo decir que tiene dos cosas bastante malas para mí, en lo personal: su virilidad es de escasos 14cm, tiene problemas de erección, eyaculación precoz ó sumamente precoz y la más nula experiencia en lo que al sexo se refiere; y yo siendo una putona, simplemente me frustra hacerlo con él.
Ante esto, en los ya doce años que llevamos juntos, siempre que he podido darme una "escapadita", he tenido que buscar amantes. Unos nuevos y otros, ya conocidos. Me encanta coger, me encanta que me cojan, me fascina el sexo, necesito siempre de una buena verga , mi cuerpo demanda sexo todos los días y en mi cama en casa, definitivamente no lo hay.
Además, me excita mucho darme esas "deliciosas escapadas", pretextando que me salió algún trabajo e irme con algún amante a escondidas de mi esposo; porque cuando tengo sexo en esas condiciones, mi pasión se desborda, soy aún más sexualmente incontrolable, soy más ardiente y me entrego de una manera incontenible, me convierto en una auténtica perra con mi macho de turno.
Ahora, les voy a contar sobre una de esas "deliciosas escapadas" que me di hace pocos días:
Hace dos días, me habló uno de mis más recientes amantes, es simplemente conocido de mi esposo y vecino de la manzana contigua a la nuestra. Hace ya casi un año me lo encontré con unas copas encima y se atrevió a decirme que desde que me vio, la primera vez en que nos presentó mi marido, me había deseado como a nadie. Esas palabras fueron una increíble melodía para todos mis sentidos y con el pretexto de que necesitaba ir a la casa de mi madre, me escapé con este hombre para coger todo el día.
Tenemos aproximadamente un año de amantes y aunque no nos vemos muy frecuente, la hemos pasado sensacional. Él también es casado y no tiene mucha oportunidad de escaparse conmigo.
Así, en todo este tiempo, hemos tenido muy buenos encuentros a escondidas y cuando me llamó, me dijo que quería, que necesitaba urgentemente verme y cogerme, que ya teníamos tiempo de no "darnos una buena revolcada"; y yo por mi parte, que también andaba sumamente caliente, acepté de inmediato. Quedamos de vernos al día siguiente a la hora de la comida.
Esa mañana, me "arreglé", me "decoré", me "retoqué" mi deliciosa conchita, pues desde que empecé a tener relaciones con mi actual esposo, fue él quien me pidió que me depilara el pubis y como nunca ninguno de mis amantes me lo había ni siquiera sugerido, ni yo misma lo había pensado, le di gusto y fue maravilloso el resultado. A todos los machos que he tenido desde ese día, les ha fascinado mi conchita depilada, dejando nada más un pequeño triangulito de vello en la parte superior, creo que le deberían dar las gracias a mi marido, por la petición que me hizo. Además, las sensaciones son totalmente distintas, pues sentir las caricias de los dedos y de la mano, sentir el calor y la humedad de una lengua, sentir la caricia de la cabeza de una poronga , es totalmente distinto, es delicioso sentir las penetraciones con mi concha "pelada", es algo indescriptible, ¡se los recomiendo!..